RESEÑA CRÍTICA

Esperaba una honda investigación y un depurado ejercicio de la nostalgia en el libro Rosario Soler, una zarzuela en cuadros disolventes. He encontrado mucho más en el conmovedor y eficaz texto de Roberto Carril Bustamante.

En las trémulas palabras de presentación (repleta como casi todas las de Ediciones Cumbres) en el madrileño Teatro Nuevo Apolo, Mayda Bustamante -cabeza y alma de este proyecto editorial- dejó claro que la búsqueda en la trayectoria artística y en la leyenda de la cantante y actriz Rosario Soler ha sido en su arrancada asunto familiar.

Los textos así me simpatizan especialmente. También tuve abuelo emigrante y solo a ratos memorioso. Como tantos, he encontrado en la memoria familiar uno de las fuentes sentimentales y hasta intelectuales imprescindibles y alentadoras en los más diversos momentos vitales.

La labor de Roberto Carril Bustamante se ha centrado hasta ahora en las artes plásticas. Acumula una notable trayectoria, tanto en su faena de creador individual como en el diseño gráfico.

Este primer libro está escrito con notable eficacia -la  sobriedad sujetando la pasión, dándole su amoroso pero no desbocado lugar- y destreza estructural. Por ahí anda la sorpresa, “el sobrecumplimiento” de mis expectativas.

El autor aprovecha el título de una de las primeras obras que la Soler protagonizó y la ubica como parte del título y también como una suerte de piedra de toque, contraseña compositiva de su ameno libro. Las citas de prensa de la época resultan casi eruditas pero evita el riesgo -abundante en este tipo de textos a partir de intensas investigaciones- de sobrecargar de referencias el resultado final.

Hay sabiduría sobre el tema, información de primera mano pero también presentación sensorial de los personajes y las situaciones. Sin dejar de ser esencialmente un libro de testimonio, una monografía con precioso retrato de una artista, una época, un género popular, esencial y a ratos olvidado, Rosario Soler, una zarzuela en cuadros disolventes se lee como un relato ameno y afectivo.

La combinación entre los planos narrativos resulta también impecable. Conviven con naturalidad y fluidez la entrevista, la leve ensoñación fronteriza con la ficción
y la mencionada y exquisita búsqueda bibliográfica.

Como no podía ser de otra manera, el diseño del libro resulta lujoso y nítido a la vez. Muy buenas fotos de diversos orígenes, familiares -en el sentido más literal y entrañable- casi todas. Por momentos nos parece que la bella Rosario está de nuevo sobre las tablas en la época de oro de la zarzuela y de otras variantes de ese género que -más por cariño que por dimensiones- se dio en llamar “chico”.

Ya sabemos que las artes escénicas tienen como gracia y fatalidad a la vez su condición de hecho efímero, irrepetible, magia que arranca y muere con cada nueva temporada. Para que esas viejas certezas cuenten, además, con el necesario asidero en la memoria, libros como este resultan de un valor inmenso.

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En defensa de la memoria, el arte y la familia

Por Amado del Pino - 11/06/2015 (CLICK VER LA RESEÑA EN INTERNET)

Esperaba una honda investigación y un depurado ejercicio de la nostalgia en el libro Rosario Soler, una zarzuela en cuadros disolventes. He encontrado mucho más en el conmovedor y eficaz texto de Roberto Carril Bustamante.

En las trémulas palabras de presentación (repleta como casi todas las de Ediciones Cumbres) en el madrileño Teatro Nuevo Apolo, Mayda Bustamante -cabeza y alma de este proyecto editorial- dejó claro que la búsqueda en la trayectoria artística y en la leyenda de la cantante y actriz Rosario Soler ha sido en su arrancada asunto familiar.

Los textos así me simpatizan especialmente. También tuve abuelo emigrante y solo a ratos memorioso. Como tantos, he encontrado en la memoria familiar uno de las fuentes sentimentales y hasta intelectuales imprescindibles y alentadoras en los más diversos momentos vitales.

La labor de Roberto Carril Bustamante se ha centrado hasta ahora en las artes plásticas. Acumula una notable trayectoria, tanto en su faena de creador individual como en el diseño gráfico.

Este primer libro está escrito con notable eficacia -la  sobriedad sujetando la pasión, dándole su amoroso pero no desbocado lugar- y destreza estructural. Por ahí anda la sorpresa, “el sobrecumplimiento” de mis expectativas.

El autor aprovecha el título de una de las primeras obras que la Soler protagonizó y la ubica como parte del título y también como una suerte de piedra de toque, contraseña compositiva de su ameno libro. Las citas de prensa de la época resultan casi eruditas pero evita el riesgo -abundante en este tipo de textos a partir de intensas investigaciones- de sobrecargar de referencias el resultado final.

Hay sabiduría sobre el tema, información de primera mano pero también presentación sensorial de los personajes y las situaciones. Sin dejar de ser esencialmente un libro de testimonio, una monografía con precioso retrato de una artista, una época, un género popular, esencial y a ratos olvidado, Rosario Soler, una zarzuela en cuadros disolventes se lee como un relato ameno y afectivo.

La combinación entre los planos narrativos resulta también impecable. Conviven con naturalidad y fluidez la entrevista, la leve ensoñación fronteriza con la ficción

y la mencionada y exquisita búsqueda bibliográfica.

Como no podía ser de otra manera, el diseño del libro resulta lujoso y nítido a la vez. Muy buenas fotos de diversos orígenes, familiares -en el sentido más literal y entrañable- casi todas. Por momentos nos parece que la bella Rosario está de nuevo sobre las tablas en la época de oro de la zarzuela y de otras variantes de ese género que -más por cariño que por dimensiones- se dio en llamar “chico”.

Ya sabemos que las artes escénicas tienen como gracia y fatalidad a la vez su condición de hecho efímero, irrepetible, magia que arranca y muere con cada nueva temporada. Para que esas viejas certezas cuenten, además, con el necesario asidero en la memoria, libros como este resultan de un valor inmenso.

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Presentación del libro el 12/06/2015 (CAFETÍN CROCHÉ) San Lorenzo de El Escorial

Presentación del libro el 2/06/2015 (Teatro Nuevo Apolo de Madrid)

Palabras de Francisco Garzón Céspes sobre la edición del libro

Francisco Garzón Céspedes / Escritor, periodista, hombre de la escena y Director General de la CIINOE y de Ediciones COMOARTES.

 


 

Roberto Carril Bustamante es de una familia en mucho hondamente vinculada al arte, y es él mismo un magnífico pintor y diseñador de fecunda, original y reconocida trayectoria en cada una de sus profesiones; no es de extrañar que se haya interesado en un antepasada de primera línea y que su libro Rosario Soler / Una zarzuela en cuadros disolventes, que ha escrito y diseñado con brillantez tras una extensa y rigurosa investigación histórica, recién publicado por Ediciones Cumbres (Madrid, 2015, bajo la dirección editorial de Mayda Bustamante), sea una belleza; un volumen de hermosa factura, profusamente ilustrado (fotos y otros testimonios gráficos) que recorre la vida de la famosa artista lírica (primera tiple; nacida Rosario Illescas Sánchez, Málaga, 1879/1944; triunfadora en ciudades de España y México, así como en La Habana, New York...) para entregarnos desde un diálogo imaginario –como bien lo define el autor– una biografía exhaustiva, próxima, fluida, tan vivaz y cautivadora como el inolvidable personaje de La Soler. Un libro definitivo para la Historia de la escena.

 

 


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EDITORIAL DEL GRUPO ESPECTÁCULOS Y EDICIONES S.L

MADRID- ESPAÑA