LA HERMANA SECRETA DE BLANCANIEVES Y "¡QUÉ BUENO ES SER BUENO"!

AUTOR: Daniel Pérez


RESEÑA AL LIBRO

 Al más puro estilo Valleinclanesco en el que literatura dramática y realidad se miran en el espejo, Daniel Pérez, nos acerca a un mundo de contrastes en un delicado proceso de disección anatómica que pone al descubierto las “entrañas” de una sociedad en tránsito. No hay un solo parlamento o acotación en el cuerpo de estas dos piezas dramáticas, que no esté comprometido con nuestra historia más actual, con los problemas que acontecen en un mundo trazado a mano alzada, bajo la apariencia de una descomunal maquinaria doméstica e industrial que se alimenta de nuestra energía para realizar su acción.

 

El dramaturgo nos propone una mirada ante el espejo y nos devuelve la imagen distorsionada del mundo bajo el envoltorio de la comedia. El eje central de ambas piezas, como en toda buena comedia, gira en torno a los defectos y vicios humanos, sus personajes son arquetipos, modelos de conducta, patrones sociales con los que resulta muy fácil identificarnos porque sumergen al lector-espectador en temas de actualidad tan cercanos como el dilema de la sucesión monárquica, la corrupción, la disfunción de los órganos de poder, la presión de los mass media, la opinión pública, la contaminación ambiental, las drogas, la marginalidad, la explotación infantil, los nacionalismos emergentes, el terrorismo, en resumen; las agitación de un nuevo siglo que como rasgo positivo, no sin desigualdad manifiesta, se aventura en la sociedad del conocimiento de la mano de la ciencia y las nuevas tecnologías en virtud de un saber nuevo.

 

PRÓLOGO A LA EDICIÓN

 

Un nuevo siglo ante el espejo

 

Al más puro estilo Valleinclanesco en el que literatura dramática y realidad se miran en el espejo, Daniel Pérez, nos acerca a un mundo de contrastes en un delicado proceso de disección anatómica que pone al descubierto las “entrañas” de una sociedad en tránsito. No hay un solo parlamento o acotación en el cuerpo de estas dos piezas dramáticas, que no esté comprometido con nuestra historia más actual, con los problemas que acontecen en un mundo trazado a mano alzada, bajo la apariencia de una descomunal maquinaria doméstica e industrial que se alimenta de nuestra energía para realizar su acción.

El dramaturgo nos propone una mirada ante el espejo y nos devuelve la imagen distorsionada del mundo bajo el envoltorio de la comedia. El eje central de ambas piezas, como en toda buena comedia, gira en torno a los defectos y vicios humanos, sus personajes son arquetipos, modelos de conducta, patrones sociales con los que resulta muy fácil identificarnos porque sumergen al lector-espectador en temas de actualidad tan cercanos como el dilema de la sucesión monárquica, la corrupción, la disfunción de los órganos de poder, la presión de los mass media, la opinión pública, la contaminación ambiental, las drogas, la marginalidad, la explotación infantil, los nacionalismos emergentes, el terrorismo, en resumen; las agitación de un nuevo siglo que como rasgo positivo, no sin desigualdad manifiesta, se aventura en la sociedad del conocimiento de la mano de la ciencia y las nuevas tecnologías en virtud de un saber nuevo.

La primera de las dos obras presentes en esta edición: La hermana secreta de Blancanieves (Opereta cómica), nos presenta un argumento en apariencia sencillo, que bebe en las fuentes del cuento original de los hermanos Grimm, pero que rápidamente se descontextualiza de la visión clásica para versionar un relato trepidante en el que nada es lo que parece ser. La necesidad de sucesión obliga a los reyes de un país indeterminado, cuyo idioma es “la parla” (el verso libre), tan solo reservado a la realeza y a los estratos más elevados de la sociedad, a casar al heredero con una princesa que esté a la altura de sus expectativas. Pero el príncipe, contrario a preservar la tradición, se enamora de una chica del pueblo llano, que dice ser la “hermana secreta” de Blancanieves, y que le llevará a conocer los secretos de los bajos fondos de la ciudad. Los parlamentos del coro (personaje colectivo, voz de la conciencia, juez, testigo, narrador...) construyen el relato en la dirección adecuada y propician las claves que contextualizan la actualización del cuento.

Entre la inconformidad de los reyes, las críticas del gobierno y la oposición, las estrategias de un periodista, amante secreto de la hermana del príncipe, la historia da un vuelco inesperado que corrobora la frase de Nietzsche: "No hay hechos, no hay hechos. Hay interpretaciones". Toda la comedia está plagada de anotaciones y sugerencias en relación a las cualidades espacio temporales de la acción, descripciones del vestuario de los personajes, atmósferas de iluminación, lo que permite al lector dibujar una escenificación detallada de las escenas.

¡Que bueno es ser bueno!, nos lleva a reflexionar sobre la doble moral y las apariencias en el epicentro de una familia de clase media alta, que ve como sus cimientos materiales y existenciales son sacudidos por la llegada de un “gurú” africano, que transforma sus vidas sacando lo mejor y lo peor de cada uno. El tema de la inmigración como telón de fondo, la inestabilidad en la vida conyugal, la corrupción política, la frustración laboral, la infidelidad, la pérdida de valores, el dinero como mercancía que mueve el mundo, son los temas que aborda el autor con la comedia como trasfondo.

La estructura de la pieza, escrita en dos actos, es un juego de relaciones entre personajes y líneas de acción que centran su atención en Rita, una abogada laboralista que busca desesperadamente encontrarse a si misma en un entorno hostil, con un marido concejal envuelto en oscuros asuntos de corrupción, y una hija aspirante a modelo. Necesitada de un cambio y de algo que la haga salir de su hastío cotidiano, irrumpe en su vida Embu, un inmigrante subsahariano que ha llegado en patera a España y que ofrece a Rita y a la familia todos los conocimientos de su tribu para poner orden a sus vidas. La trama va enredando los hilos y el cisma se convierte en volcán, y el volcán desentierra las verdades más profundas, hasta ahora ocultas, de cada uno de los personajes. Un final, también inesperado y cargado de ironía, pone en solfa aquello que es parte del refranero popular: ¡”hasta la muerte todo es vida”!, resolviendo el esperado “happy end” en el que cada personaje se acomoda a su destino.

En ambas obras, Daniel Pérez se ocupa tanto de la escritura del texto como del diseño de la obra. Su teatro se inspira en la vida, en ocasiones fuera del tiempo haciendo que lo anacrónico, lo absurdo, simultaneen con la realidad y sus expresiones populares. Su teatro es transformador y en ocasiones disidente, huye de las formas y las reglas de composición. La amalgama de sus personajes con diálogos rápidos, breves y ágiles, así como sus soluciones dramáticas, proponen un juego de contrastes que no deja indiferente al lector-espectador del siglo XXI.

 

LIUBA CID



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MADRID- ESPAÑA